La Venezuela de hoy es irreconocible, éramos un país petrolero fuerte, donde había empleo, oportunidades y gente en constante crecimiento, hoy día la realidad es totalmente otra, y no es solo culpa del amargo socialismo que ha invadido políticamente nuestro país en los últimos doce años, sino de cientos de años de historia, que nos han perfilado y preparado para ser un país donde tristemente germinó la semilla socialista. El principal culpable de nuestra desgracia, es un sistema histórico, heredado de los años de conquista española: El mercantilismo.
El mercantilismo es un sistema económico en donde –al igual que en el socialismo- es el estado el encargado de manejar todos y cada uno de los medios de producción a su antojo. Muestra de que es verdad que el mercantilismo logró meterse en lo más profundo de nuestras venas, es que la tendencia política venezolana es proestatista, y que todos los partidos políticos venezolanos tienen un claro perfil centro-izquierdista e izquierdista.
Los ciudadanos han confiado en el Estado, y él mismo les ha fallado millones de veces, sin embargo, continúan creyendo que la solución a sus problemáticas es salir lloriqueando en busca del padre Estado protector y exigir que les den casa, que les den trabajo, que les den comida etc. A pesar de que esta conducta humana es reprochable, no es menos cierto que el Papa Estado crió al Hijo Ciudadano con esas malas mañas y por lo tanto él es el verdadero y total responsable de haber vuelto al venezolano un parásito.
Por si fuera poco, llegó a Venezuela un terrorífico gobierno izquierdista que lo único que hizo fue profundizar las marcas proestatistas de nuestros ciudadanos, volviéndolos no solo unos parásitos, sino además unos delincuentes que están dispuestos a ponerle las manos a la propiedad privada vulnerando además los derechos de las demás personas, en nombre de sus propios derechos, acción ésta que además ha sido auspiciada por el actual gobierno bolivariano.
La inviabilidad del actual sistema lo han demostrado el desmoronamiento de la empresa petrolera, la destrucción, sino total al menos en la mayor parte, del aparato productivo nacional provocado por la nacionalización de las empresas privadas fundamentales, la poca fiabilidad de las diversas instituciones que conforman el Estado venezolano, la delincuencia, la falta de poder adquisitivo, los problemas presupuestarios estudiantiles, la inviabilidad de nuestras carreteras y calles… ¿Seguimos? Mejor no, la verdad es que no quisiera pasarme la vida escribiendo sobre esto, por que ciertamente podría hacerlo.
Mi llamado es a que reflexionemos, a que pensemos, a que nos demos cuenta que el actual sistema que nos han impuesto nos está destruyendo desde todos los puntos de vista, y que llegó la hora de ponerle fin a estos 12 años de terrorífico vivir que hemos tenido los ciudadanos venezolanos. Pido que analicemos, miremos hacia atrás, a nuestra historia no solo patria sino mundial, y no sigamos cometiendo los mismos errores del pasado. Recordemos que a pesar de que vemos caras nuevas en la política, solo son más de lo mismo, nadie se presenta y perfila una verdadera propuesta viable para recuperarnos del daño que ya nos hemos hecho a nosotros mismos y que nos sirva como un camino alternativo verdadero para salir del socialismo y de la mentalidad socialista que padecemos desde hace ya tantísimos años. No vemos antagonismo entre oposición y gobierno, solo vemos niveles, el actual gobierno tiene claras marcas comunistas, y la oposición marcas socialistas un poco más moderadas. Nos merecemos algo mejor… piénsenlo.
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